sábado, 15 de octubre de 2011

VII Foro Educativo – Escuela Ciudadana, Ciudad Educadora – 9 y 10 de Noviembre de 2011


El VII Foro Educativo – Escuela Ciudadana, Ciudad Educadora – Educación y Ciudadanía: de cara al Tercer Centenario se propone:

  • estimular la reflexión sobre las prácticas existentes en torno a la construcción de la Escuela Ciudadana y la Ciudad Educadora, partiendo de los testimonios de los propios actores;
  • fomentar y promover el diálogo entre distintos espacios educadores de la ciudad y la escuela, tanto desde el relato de las acciones concretas como en la teorización a partir de las mismas;
  • generar instancias de producción de conocimientos anclados en lo social, tendientes a la transformación de la realidad;
  • aportar nuevas líneas de reflexión sobre las cuestiones educativas, de construcción de ciudadanías y de prácticas políticas;
  • promover el desarrollo y la difusión de acciones y proyectos vinculados a la construcción de Ciudades Educadoras y a la planificación de Escuelas Ciudadanas.

Ejes para el debate e intercambio de experiencias

1 - Experiencias Educativas con Niños, Niñas y Adolescentes
2 - Experiencias Educativas con Jóvenes, Adultas y Adultos
3 - Formación de Educadores y Educadoras
4 - Economía y Trabajo
5 - Medios de Comunicación Social
6 - Nuevas Redes de Ciudadanía y Tecnologías
7 - Ciudadanías: derechos y responsabilidades
8 - Arte, Cultura y Ciudadanía

Presentación de los trabajos.

Los trabajos presentados deben tener una extensión máxima de 8 carillas A4 con 3 cm. en cada margen (superior, inferior, izquierdo y derecho), en tipografía Times New Roman 12, con espacio 1,5.
En caso de consignar citas, deben hacerse a pie de página siguiendo un orden numérico, autor de la cita, año y páginas.
En cuanto a las referencias bibliográficas, ubicadas alfabéticamente al final del trabajo, deben consignarse: Autor, título, editorial, lugar y año.

* Los trabajos deben contener un resumen de hasta 250 palabras a espacio simple con letra Times New Roman 12.
Envío de Trabajos: del 14 al 28 de Octubre de 2011

Los trabajos deben ser enviados por correo electrónico a foroeducativo2011@unq.edu.ar

o impresos, por correo postal, a
UNIVERSIDAD NACIONAL DE QUILMES
VII FORO EDUCATIVO – ESCUELA CIUDADANA-CIUDAD EDUCADORA
Secretaría de Extensión Universitaria
Roque S. Peña 352 – Bernal (1876) – Buenos Aires, Argentina

CONVOCAN y AUSPICIAN:
  • CIAS – Centro de Investigación y Acción Social
  • UNIVERSIDAD NACIONAL DE QUILMES
  • OEI – Organización de Estados Iberoamericanos
  • UNIVERSIDAD NACIONAL ARTURO JAURETCHE
  • SUTEBA – Sindicato Único de Trabajadores de la Educación de la Prov. de Buenos Aires
  • INSTITUTO PAULO FREIRE
  • MUNICIPALIDAD DE QUILMES
  • MUNICIPALIDAD DE FLORENCIO VARELA
  • MUNICIPALIDAD DE AVELLANEDA
  • DIRECCIÓN GENERAL DE CULTURA Y EDUCACIÓN – GOBIERNO DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES
  • MINISTERIO DE EDUCACIÓN DE LA NACIÓN
  • MINISTERIO DE DESARROLLO SOCIAL DE LA NACIÓN
Fundamentación:
Paulo Freire, en una entrevista a TV Educativa de Río de Janeiro, el 19 de marzo de 1997 decía que
“la Escuela Ciudadana es aquella que se asume como un centro de derechos y de deberes. Lo que la caracteriza es la formación para la ciudadanía. La Escuela Ciudadana, entonces, es una escuela que hace realizable la ciudadanía de quien está en ella y de quien viene a ella.
Ella no puede ser una escuela ciudadana en sí y para sí. Ella es ciudadana en la medida misma en que se ejercita en la construcción de la ciudadanía de la que usa su espacio.
La Escuela Ciudadana es una escuela coherente con la libertad. Es coherente con su discurso formador, liberador. Es toda escuela que, esforzándose para ser ella misma, lucha para que los educandos-educadores también sean ellos mismos.
Y como ninguno puede serlo solo, una Escuela Ciudadana es una escuela de comunidad, de compañerismo. Es una escuela de producción común del saber y de la libertad. Es una escuela que vive la experiencia tensa de la democracia”.

Así, libertad y conocimientos, derechos y deberes, escuela y comunidad se asocian en el modelo que Freire propone.  Del mismo modo que se asocian ciudadanía y autonomía. En Pedagogía de la Autonomía afirma que “el respeto a la autonomía y a la dignidad de cada uno es un imperativo ético y no un favor que podemos o no conceder unos a otros”.
En este marco se encuentran contenidas las primeras experiencias en Brasil de Escuela Ciudadana.  El objetivo es la construcción (la reinvención, diría Freire) de una nueva ciudadanía.  Una ciudadanía crítica y superadora, que transforme la realidad de un mundo injusto para consolidar escenarios de igualdad, respeto, amorosidad y dignidad.

Ciudades Educadoras
Es en el marco del Forum Social Mundial de febrero de 2002 que se realiza el “Primer Encuentro Internacional de Escuelas Ciudadanas”, punto de partida del Movimiento de las Ciudades Educadoras.
Dice Moacir Gadotti (2002) que
“es la ciudad, como espacio de cultura, la que educa a la escuela y es la escuela, como palco del espectáculo de la vida, la que educa a la ciudad.
La ciudad dispone de innumerables posibilidades educadoras. El vivir en la ciudad se constituye en un espacio cultural de aprendizaje permanente por sí solo. Pero la ciudad  puede ser ‘intencionalmente’ educadora. Una ciudad puede ser considerada como una Ciudad Educadora, cuando, más allá de sus funciones tradicionales – económica, social, política y de prestación de servicios – ella ejerce una nueva función cuyo objetivo es la formación para y por la ciudadanía.
Para que una ciudad sea considerada educadora precisa promover y desarrollar el protagonismo de todos – niños, jóvenes, adultos, ancianos – en la búsqueda de un nuevo derecho, el derecho a la Ciudad Educadora”.

En la Ciudad Educadora todos sus habitantes gozan de iguales oportunidades para su formación, su desarrollo personal y el acceso al entretenimiento que la ciudad ofrece. El “Manifiesto de las ciudades escuelas”(1994) afirma que
“la satisfacción de las necesidades de los niños y de los jóvenes, en el ámbito de las competencias del municipio, presupone una oferta de espacios, equipamientos y servicios adecuados al desarrollo social, moral y cultural, a ser compartidos con otras generaciones. El municipio, en el proceso de toma de decisiones, deberá tener en cuenta el impacto de las mismas.
La ciudad ofrecerá a los padres una formación que les permita ayudar a sus hijos a crecer y utilizar la ciudad en el espíritu del respeto mutuo...
Todos los habitantes de la ciudad tienen el derecho de reflexionar y participar en la creación de programas educativos, y a disponer de los instrumentos necesarios que les permitan descubrir su proyecto educativo, en la estructura y en la gestión de su ciudad, en los valores que ésta fomenta, en la calidad de vida que ofrece, en las fiestas que organiza, en las campañas que prepara, en los intereses que manifiesta por ellos y en las formas de escucharlos”.

Escuelas Ciudadanas
La escuela, tal como decía Antonio Gramsci, fue creada inicialmente por la burguesía con el objetivo de consolidar hegemonía y poder, y producir ciudadanos “funcionarios” que garanticen la continuidad de la estructura social capitalista.

Afirma José Tamarit en Educación, conciencia práctica y ciudadanía (2004) que
“la escuela es un gran ‘ordenador’, nos ‘ayuda’ a organizar el caos de mensajes que nos envían los medios de comunicación; disciplina las imágenes, las visiones del mundo, la ‘realidad’ física y social; nos proporciona los ‘conocimientos básicos’ para su interpretación y comprensión.  Y en tanto comprender es responder con signos – que constituyen nuestra conciencia – a signos que proceden de ‘afuera’ – los mensajes que nos interpelan –, nuestras comprensiones/interpretaciones de las cosas, diría Gramsci, dependerán de aquellos conocimientos básicos que la escuela generosamente distribuye y que en sí constituyen los elementos centrales del paradigma dominante.  En la medida en que son las representaciones de la realidad las que orientan la conducta, las consecuencias políticas de esto no pueden ser ignoradas […]
Los ciudadanos ‘funcionarios’ de Gramsci, los sujetos ‘bien encauzados’ de Foucault o los ‘dominados que llevan dentro de sí al dominador’ de Freire, representan, en el fondo, distintas formas de abordar el mismo problema, crucial para el pensamiento pedagógico crítico: ¿cómo impedir que se ‘fabriquen’ individuos bien encauzados?; ¿cuáles serán los espacios más propicios para bloquear ese encauzamiento y generar ciudadanos críticos?”.

En este contexto resulta imprescindible contribuir a generar las condiciones que acompañen (desde la escuela también) la construcción de nuevas ciudadanías.
Comprender la ciudad como un espacio dialéctico de acción de la escuela, con sus dispositivos de circulación de información, de discusión, de cultura (y no sólo, aunque también, en la relación con el espacio público) en el que sean posibles acciones que atiendan y respeten la diversidad (sexual, étnica, de género, de capacidades) y que garanticen la vigencia plena de los derechos humanos es un imperativo ético ineludible.
Allí, en la ciudad, las organizaciones sociales, las escuelas, las iglesias, los sindicatos, las bibliotecas, sus habitantes (con mayor o menor grado de articulación) llevan adelante trabajos que la mayor parte de las veces pasan desapercibidos, que quedan invisibilizados ante la enormidad de la tarea a emprender.
Es en la puesta en común de esos trabajos, en la reflexión de esas acciones, donde estriba la posibilidad de comprender y construir nuevas prácticas, liberadoras, concientizadoras, emancipadoras.

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